Viaje Agradable

· Equipo de Astronomía
¿Sabes, Lykkers? Volar a través de continentes puede ser emocionante, pero sentarse en un asiento estrecho durante más de diez horas pone a prueba incluso a los viajeros más experimentados. Los vuelos de larga distancia a menudo dejan a los pasajeros sintiéndose rígidos, deshidratados e inquietos.
Sin embargo, con las estrategias adecuadas, es totalmente posible llegar a tu destino sintiéndote renovado en lugar de agotado. ¡Dominar algunas preparaciones reflexivas puede marcar una gran diferencia en tu experiencia en vuelo!
1. Elige el Asiento Correcto con Antelación
La selección de asiento no se trata solo de comodidad, impacta directamente en la circulación, los niveles de ruido y la calidad del descanso. Los asientos sobre las alas experimentan menos turbulencia, mientras que las áreas de la cabina delantera son más silenciosas porque están más alejadas de los motores. Si viajas de noche, un asiento junto a la ventana te permite apoyar la cabeza y controlar la persiana para ajustar la iluminación y dormir mejor.
2. Vístete en Capas para los Cambios de Temperatura
Las temperaturas de la cabina fluctúan según la altitud y la duración del vuelo. Comienza con una capa base que absorba la humedad para prevenir la acumulación de sudor, luego añade un suéter ligero y una bufanda suave que pueda usarse como manta. También se recomienda usar medias de compresión para prevenir la hinchazón de las piernas y mejorar la circulación sanguínea durante el tiempo prolongado sentado.
3. Mantente Hidratado Durante Todo el Viaje
La deshidratación durante un vuelo puede empeorar la fatiga, resecar las membranas mucosas e incluso afectar el rendimiento cognitivo. Apunta a beber alrededor de 8 onzas de agua cada hora, incluso si eso implica hacer viajes más frecuentes al baño. Llevar una botella de agua recargable y pedirle a los asistentes de vuelo que la rellenen periódicamente es mucho más eficiente que depender de pequeños vasos de plástico.
4. Empaca un Kit de Confort en Vuelo
En lugar de depender de los servicios proporcionados por la aerolínea, prepara un kit personalizado según tus necesidades. Incluye un aerosol facial aprobado por la TSA para refrescar tu piel durante el vuelo, un paquete pequeño de tabletas de electrolitos para mantenerte hidratado, y unos tapones para los oídos de alta fidelidad para proteger la audición durante el despegue y aterrizaje. Agrega una manta de viaje suave para mayor calidez en rutas más largas.
5. Muévete y Estírate Regularmente
Permanecer sedentario durante horas puede aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP), especialmente en vuelos que duran más de seis horas. Configura una alarma cada 90 minutos para recordarte que te pongas de pie, vayas al baño o hagas estiramientos dirigidos. Levantar los dedos de los pies, bombear las pantorrillas y realizar torsiones espinales sentado estimulan la circulación y reducen eficazmente la rigidez muscular.
6. Elige las Comidas con Cuidado
Las opciones de comida en vuelo pueden afectar la digestión y los niveles de energía de manera dramática. Evita alimentos con alto contenido de sodio como los refrigerios procesados, que contribuyen a la retención de agua y la hinchazón. Cuando sea posible, elige comidas más ligeras como una ensalada de pollo a la parrilla o vegetales al vapor. Empacar refrigerios saludables como almendras, frutas secas o barritas de granola asegura que no te quedes hambriento entre los servicios de comida.
7. Ajusta tu Horario al Destino
La transición de horario antes de viajar minimiza el impacto del jet lag. Si vuelas hacia el este, acuéstate y despiértate más temprano durante dos días previos. Si vuelas hacia el oeste, ajusta las horas de dormir y comer más tarde. A bordo, resiste la tentación de dormir si no coincide con la hora local de tu destino para ayudar a que tu ritmo circadiano se adapte más rápidamente al llegar.
8. Prioriza la Calidad del Sueño
El entorno juega un papel enorme en el éxito del sueño en los aviones. Elige antifaces oscuros que se ajusten a tu rostro, permitiendo un sueño rápido de movimientos oculares rápidos (REM) sin presión en los párpados. Los auriculares con cancelación de ruido que reproduzcan ruido rosa a un volumen bajo o música instrumental tranquila pueden enmascarar sonidos de fondo disruptivos como el llanto de los bebés o los anuncios de cabina.
9. Desinfecta tu Espacio
Las mesitas de bandeja han demostrado llevar más bacterias que los baños de avión. Al abordar, usa toallitas antibacterianas en la mesa de bandeja, la hebilla del cinturón de seguridad, los reposabrazos y la pantalla de entretenimiento. Lleva un desinfectante de manos que contenga al menos un 60% de solución de etilo y úsalo antes de comer o después de tocar superficies públicas para reducir la exposición a gérmenes que pueden causar enfermedades respiratorias.
10. Lleva Entretenimiento que Disfrutes
La conexión Wi-Fi poco confiable y el limitado entretenimiento en vuelo pueden hacer que el vuelo se vuelva tedioso. Precarga libros electrónicos, rompecabezas, listas de reproducción sin conexión e incluso aplicaciones interactivas de aprendizaje en tu teléfono o tablet. Descargar varios tipos de contenido, desde thrillers hasta documentales, asegura que tengas opciones que coincidan con tu estado de ánimo y energía a lo largo del viaje.
Los viajes de larga distancia no tienen por qué dejarte el cuerpo adolorido y la mente agotada. Algunas elecciones cuidadosas, que van desde la selección del asiento hasta los hábitos de hidratación, pueden crear una experiencia mucho más fluida en el aire. Al planificar con anticipación y tratar el confort como una prioridad, es mucho más probable que los pasajeros aterricen sintiéndose energizados y listos para lo que les espera en su destino. ¡Pequeñas acciones tomadas a 30,000 pies pueden marcar una diferencia duradera que se mantiene durante todo el viaje!